Sentados a la mesa, cerca del ventanal del castillo del Hada del Oeste, como niños pequeños esperando descubrir la sorpresa en el regalo de reyes, el Equipo Mágico espera que el hada comience su relato.
Sin embargo el hada parece demorar la ceremonia de té, hablando de "bueyes perdidos", como se dice cuando la conversación no parece conducir a ningún sitio.
Que si las ventanas son demasiado grandes y difíciles de mantener limpias, que si el amo de las llaves de la despensa se las llevó a su casa y se quedaron sin cenar la pasada noche, que si el Hada Sarita viene de vacaciones, etc, etc. Pero ni un ápice de la historia que el hada les prometió sobre la Puerta del Tiempo, ese portal custodiado desde el inicio de los tiempos tanto por hadas, como duendes y elfos.
El Hada adivina la impaciencia de nuestros amigos y les lanza una invitación que les deja perplejos...
- Os animáis a conocerla?
- Siiiii! - Exclamaron los tres al unísono
A decir verdad la invitación del hada también les sorprendió ya que solo esperaban oír una de sus espectaculares historias, pero esto lo superaba todo.
Saliendo del suntuoso salón en dirección a las escaleras que llevan al alto minarete desde donde se divisan los confines del reino el Equipo Mágico se dispone a afrontar uno de los desafíos mas arduos que se imponen al visitante en este reino, el de ascender por las escaleras que parecen no tener fin...!
Afortunadamente Gabriel y las niñas se encuentran en excelente forma y alcanzan la cumbre sin mayores inconvenientes.
El minarete esta vacío!? menuda desilusión, pues después de subir tanto para no encontrar ni siquiera al guardia de la torre. No hay puerta solo el habitáculo circular de piedra con el clásico techo cónico y poco más que la luz del día en su interior.
- No os desilusionéis y sentaos en un circulo junto a mí.- Así lo hicieron, mas que nada también por recuperar algo de aire pero sin perder la espectación.
Acto seguido el hada deposito en el suelo un anillo dorado del tamaño de una pulsera que saco del interior de una bolsa que llevaba entre su túnica.
- Ahora debemos decidir a donde queremos ir, así todos podremos pensar en el mismo sitio y así la puerta se abrirá y nos depositara en ese lugar. Créanme es mas fácil cuando se hace solo pero al ser tantos debemos ponernos de acuerdo para que ninguno se aparezcan en otro sitio.
El Equipo Mágico no salía de su asombro, el anillo había estado todo el tiempo con ella, pero solo lo mostró cuando llegaron arriba, pues el secreto de la Puerta del Tiempo estaba mas que bien guardado, sin duda.
- Y bien - dijo el hada - que época del pasado o del futuro les gustaría visitar
Mirándose los tres pensaban sin decidirse donde podrían hacer su visita temporal pero no atinaban a decirlo por miedo a que los demás se sintiesen mal por no poder visitar el suyo, pero al fin Gabriel mencionó un lugar fantástico que a cualquier niño le fascina y a el también por supuesto...
- Y si visitamos la época de los dinosaurios, que os parece niñas?!!
- Siiiii ! la alegría se dibujo en los ojos de las niñas
- Fantástico - comento el hada - Unamos nuestras manos alrededor del anillo y deseemos con todas nuestras fuerzas estar en el mundo de los dinosaurios hace millones y millones de años atrás, en una época maravillosa.- y al pronunciar las palabras mágicas el anillo comenzó a iluminarse envolviendo a todos con una luz muy blanca pero no cegadora que duro unos instantes y al momento de disiparse por fin se encontraban en la cima de una montaña cubierta por una hierba muy verde acompañando a unos árboles muy altos y dispersos, mientras que a lo lejos en el valle podía verse un gran río que desembocaba en un inmenso mar que se perdía en el horizonte.
De pronto se oyeron exclamaciones y gritos de las niñas, es que después de habituarse nuevamente a la luz normal, comenzaban a distinguir las figuras de distintos dinosaurios que se dispersaban por el amplio valle.
El hada guardo silencio y se regocijo viendo como las niñas disfrutaban de aquel momento. Amanda encontró a su preferido el braquiosaurio, como para no verlo...y Gabriela encantada con los triceratops.
Gabriel en cambio no estaba muy tranquilo temía que apareciese un Trex o algún dinosaurio carnívoro.
-Tranquilo - le dijo el Hada - los animales no pueden vernos, la magia del anillo no permite que podamos introducir modificaciones en el espacio tiempo que visitamos.
Fue entonces cunado Gabriel se relajo un poco y disfruto de aquel viaje inolvidable...
A la hora de regresar fue todo exactamente igual que antes, solo que esta vez se descubrieron en el salón del castillo en lugar de la torre, un gran alivio sin duda, a ninguno le hacia gracia el tener que afrontar las escaleras nuevamente aunque fueran de bajada. Estaban todos muy agotados tanto corretear alrededor de
todos aquellos magníficos antepasados nuestros. Y Gabriel se quedó con las ganas de ver a su preferido y temido... Cual era? Mmmmmm!
¿El mundo de la magia y los dinosaurios?...ufff!!,el Equipo Mágico nuevamente de aventuras...
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