sábado, 22 de diciembre de 2012

Libertad, libertad, libertad!

Nuevamente ante los ojos del Equipo Mágico se levanta aquella frontera oscura que rodea al País de la Libertad. Montados en sus dragones azules que comienzan a mudar su color a negro para poder confundirse con los guardianes maléficos; los dragones negros cuya misión principal es la de quemar con su aliento cualquier posible brote que pueda dar lugar al nacimiento de la flor de seibo, única capaz de romper el hechizo que encadena la voluntad de los habitantes de esta tan hermosa como extensa tierra.
No bien emergen del otro lado de la frontera Clio, la dragona líder que es montada por Gabriel, ordena:
- Atentos...! Llego la hora cada uno a su zona...!
- Con cuidado Equipo - Advierte Gabriel - Solo quedan unos minutos para el amanecer y todo habrá terminado. Adelante..!!!
Cada miembro del equipo se había elegido una región del país para vigilar hasta el amanecer, y todos tenían la esperanza de que al menos una flor de seibo pudiese abrir sus pétalos a la luz del nuevo sol.
Clío y Gabriel recorrerían la región este con sus costas, ríos y llanuras. Aurora y su fiera dragona Eris sobrevolarían el norte y su mezcla de selvas, esteros y coloridas montañas, un relieve variado.
Amanda y su joven dragón Danko llevarían dirección sur, costas de mar y ríos que descienden de montañas que guardan glaciares extensos además de frías estepas, había preferido la niña a tener que ascender montañas demasiado elevadas, como las de la región oeste. Allí ya se encaminaban el brioso dragón Drako montado por Gabriela, que esta vez sí que venía mejor preparada para ver el espectáculo de la Cordillera infinita.
Las ordenes del Hada del Oeste habían sido muy claras, buscar y proteger cualquier brote de la flor de seibo, hasta el amanecer tratando de no ser descubiertos por los guardianes a fin de evitar un enfrentamiento con los dragones negros, quizas no hubiese tanta fortuna como la última vez...
Si nadie encontraba un brote entonces al amanecer se reunirían de nuevo en la región de las sierras centrales par desde allí ascender todo lo posible y regresar, ya que no habría otra oportunidad hasta el próximo solsticio de verano...
Nuevamente y gracias al instinto y la velocidad de los dragones azules, el Equipo Mágico no tuvo problemas a la hora de ocultarse sobre el terreno y de buscar y recorrer todos los rincones a voluntad, ya que los Dragones negros estarían ocupados tratando de mudar su piel, una tarea nada sencilla debido a su gran tamaño y rudeza.
Las luces del alba se comenzaban a vislumbrar en el horizonte, Amanda apuro a Danko de regreso desde el sur del país quería volver a pasar por encima de la bahía donde las ballenas parecían desperezarse junto a sus crías.
Aurora tampoco había tenido mayores problemas, su dragona Eris, tenía una muy buena visión nocturna y utilizando un agudo instinto conseguía evitar cualquier posible peligro.
Gabriel y Clío por su parte lejos de disfrutar les preocupaba no tener noticias de ningún brote encontrado, al parecer los dragones negros habían hecho muy bien su trabajo y ninguna semilla había podido crecer sin ser quemada por los guardianes.
Y Gabriela y Danko...????
Casi despuntaban en la llanura las primeras luces cuando el grueso del Equipo Mágico ya se encontraba a su espera en las elevaciones de la serranía central.
Gabriel comenzaba a preocuparse... Donde estarían?... Les había pasado algo?
Todos comenzaron a preocuparse ya que la luz aumentaba y con ella el peligro de ser descubiertos, además todos estaban muy desanimados por no haber encontrado ninguna flor....
- A montar todos - Grito Gabriel - Nos vamos!
- Pero como? - Todos quedaron atónitos - No podemos dejarles aquí - Volvieron a corear al unísono.
-No hay que temer - Les tranquilizó Gabriel - Les saldremos al encuentro por el oeste para poder salir juntos de aquí cuanto antes. Seguro que vienen de camino. Vamos, a prisa que ya amaneció!!!
Así era en verdad, con la luz del día los dragones perdieron su camuflaje... Ahora eran totalmente azules y extremadamente visibles desde muy lejos.
En dirección al oeste y a toda velocidad, en busca de Gabriela, desesperados y manteniedose alertas por si aparecían los guardianes, el equipo volaba sobre una planicie que fue variando a su altura y se convirtió en un pedemonte ante el cual se erguía majestuosa la cumbre nevada de la cordillera sin fin.
Amanda comenzaba a sentirse mal, pero aguantó, le preocupaba más el no encontrar a Gabriela. Danko le daba animos sin dejar de vigilar los alrededores.
Habían sobrevolado algunos poblados y ya se habían adentrado en la montaña siguiendo el cauce de un caudaloso río, que se revelaba mas bravo cuanto mas alto subían.
- Amanda no puede más - grito Aurora  que veía a su amiga algo decaída a los lomos del dragón.
- Nos detendremos en el próximo valle - aseguró Clío, la dragona ya estaba resignada a que tendrían que luchar de un momento a otro.
De repente...! lo impensado...! El terreno por debajo se cubre de restos de escamas y piel de dragón!
Todos se miran temiendo lo peor. Los dragones se ponen en alerta, los restos son incoloros, pero lo mas seguro es que sean restos de la muda de uno de los dragones negros o quizás de mas de uno. La cantidad es muy considerable..
- Preparados para bajar - Anuncia Clío -hay un claro allí delante cerca de la alameda, en el arenal a orillas del río... No dejéis de vigilar...!
Clío tenía razón habían de estar atentos el sol de la media mañana comenzaba a dominar el cielo azul celeste
De inmediato se dispusieron todos a cumplir la orden dirigiéndose al sitio indicado por el dragón líder.
No bien descendieron, Gabriel y Aurora se apresuraron a atender a Amanda, estaba casi desmayada, la recostaron cerca del río, a la vera de un tronco caído, muy cerca de un remanso del río caudaloso que ensordecía al acercarse. Le dieron agua fresca y la reanimaron. Poco a poco recuperaba su color de piel.
Los dragones formaron un semicírculo y se quedaron alertas del cielo, sobre todo.
Se disponían a emprender el camino nuevamente cuando un estruendo estrepitoso les paralizó en donde estaban...
Un inmenso dragón negro acababa de plantarse en medio de la la alameda frente a ellos, el tamaño superaba incluso a los tres dragones del Equipo Mágico juntos. ahora si que estaban sin salida posible, Eris, Clío y Danko elevaron el vuelo tratando de cubrir a Gabriel y a las niñas que se disponían a unir los colgantes mágicos para tratar de formar un escudo mágico que les protegiese del fuego del dragón.
Sin embargo el gran dragón solo se quedo inmóvil mirándoles fijamente y cuando parecía que se disponía a lanzar una gran bocanada de fuego sobre ellos... Se levantó en sus dos cuartos traseros y dando un rugido ahogado comenzó a desplomarse sobre la tierra hasta alcanzar la orilla del remanso, muy, muy cerca del círculo mágico que les protegía.

Todos respiraron muy hondo pero de inmediato se acercaron con cautela para ver a aquel dragón mas de  cerca. Todos menos Clío, la dragona se elevó por encima del cuerpo del dragón y descubrió algo muy bueno.... Sobre todo para el Equipo Mágico y para el País de la Libertad....
La escena lo dejó asombrado tanto que tardo unos minutos en alertar al resto del equipo para que diesen un rodeo y se encontrasen con Gabriela y con Drako que estaban de pie al otro lado cerca de la alameda. Casi al final de la cola del dragón caído.
La niña sonreía sosteniendo entre sus manos una maceta de la cual se erguía una planta con numerosas flores muy rojas de seibo.
Los dragones volaron donde ellos lanzando fuego al aire en señal de victoria! Gabriel y las niñas corrieron a abrazarse con ella muy alegres y contentos de que estuviese sana y salva..!
No bien se repusieron iniciaron su camino de regreso al castillo del hada donde Gabriela tendría mucho que contar.... Luego claro de merendar algo y de celebrar una nueva victoria del Equipo Mágico.

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