sábado, 24 de septiembre de 2011

Gabriela, conoce a las sirenas...


Hoy Gabriela, iba con sus papas, a pasar un día de playa, tenían un barco a su disposición, y iban a aprovecharlo al máximo.
Llegaron al puerto casi al mediodía, y el sol calentaba mucho,hacia un día estupendo.Buscaron el barco, a través de los pasillos del puerto, hasta que sus papas supieron donde estaba.Gabriela, se puso muy contenta al verlo, era grande, y muy bonito.
Allí le esperaban, el capitán, un viejo amigo del papa de Gabriela, que esperaba para comenzar la ruta marítima.
A Gabriela, le dio un poco de miedo al salir, pero una vez arriba, se le había pasado.
Los motores, se pusieron en marcha, rumbo al Océano,Gabriela se coloco en la parte delantera del barco, no quería perderse nada,¡ estaba feliz!, sabia que iba a ser un gran día, pero no se podía imaginar cuanto. Después de ver como la costa se quedaba cada vez mas pequeñita, al alejarse poco a poco de ella.Se sentó, en un banco, bien cómodo, la brisa del mar, le daba en la cara, y cerraba los ojos, creyendo que era un pirata.

¡ El mar era precioso!el mar y el cielo, tenían unos colores muy bonitos.
Llegaron a un lugar, muy bonito, había muchos acantilados, rocas, llenas de colores verdes, de las plantas, que crecían en ellas.Gabriela estaba encantada con aquella visita.El barco, se metió por debajo de las rocas, había unas cuevas, por las que los barcos iban y venían, y el fondo del mar,se veía tan verde clarito, que daba la sensación, de viajar por encima de un cristal.Se veían los peces de colores perfectamente, como si estuviesen dentro de una gran pecera.Aquello era precioso por cualquier lugar que mirases.Los motores se detuvieron, no se podía hacer demasiado ruido dentro.El barco  se detuvo, y Gabriela, antes de que soltasen el ancla, ya estaba preparada para bajarse.
¡¡ Cuidado Gabriela!!, le alerto su madre.
¡Tenia muchas ganas de bajarse, y hacer de exploradora!.


Cuando se bajaron, la niña iba de un lado a otro, moviéndose a todas partes, admirando, y contando todo.Los mayores se reían al verla.
Llegaron a una zona de la cueva, de difícil acceso, y Maite ,la mama de Gabriela,la cogió de la mano, era un poco estrecho y podía caerse al agua.
Se quedaron con la boca abierta, al ver lo que había del otro lado,una cueva, con un agujero en medio de las rocas, por la que entraba la luz del exterior, e iluminaba el agua, de un verde cristal, que era una preciosidad.
Gabriela, se sentó, en las rocas al borde del agua, no parecía haber demasiada profundidad allí, y sus padres, caminaban hacia adelante.¡¡Cuidado Gabriela, no te muevas de ahí!!, le dijo Gabriel, su papa.
¡¡ No, papa, no me voy a mover!!, dijo Gabriela.
Gabriela, era una niña muy obediente, así que sus papas podían confiar en ella.


Aparecieron de pronto, dos preciosas sirenas, salieron del agua, para dar la bienvenida a Gabriela.
Eran unas lindas sirenas, de pelo muy largo, y unas colas de pez de color coral, y plata.
¡¡Bienvenida al Océano,Gabriela!!, dijo una de las sirenas.
Mi nombre es Rosaura, y mi hermana es Rosalinda. Este es nuestra casa, ¿preciosa verdad?, pregunto Rosaura.
Si, todo es precioso, este lugar es mágico!, dijo Gabriela, maravillada por lo que veía.

Hemos venido a verte, el hada del mar, nos aviso de que venias, te vio llegar en un barco, y nos dijo, que te diéramos la bienvenida.

¡¡Gracias!!, dijo con una gran sonrisa Gabriela.
Hace mucho tiempo que no veo al hada del mar, ¿esta bien?, pregunto la niña.
¡¡Si, esta bien, y encantada de que estés aquí!!.
Detrás de Gabriela, apareció el hada del Mar.

¡¡Hola, Gabriela!!,¿Como estas?, dijo el hada.
¡¡Biennn!!, estoy encantada de estar aquí!!.
Después de un rato de preguntas, y de hablar de todo un poco, llegaba la hora de marcharse, no sin antes, invitar a volver, a Gabriela, y a su amiga, Aurora, que en esta ocasión, no había podido venir acompañándola, porque se había ido a visitar a su abuela.Se despidió de Rosaura, y Rosalinda, y por supuesto, del hada del Mar.
Se oían las voces de los papas de Gabriela,que venían ya de vuelta y el hada y las sirenas,  terminaron de irse, con un besito de hada.
Volvieron al barco, de vuelta a casa.Cuando llegaron al puerto, Gabriela, iba feliz.¡¡ Le dio tres veces las gracias al capitán,por el día tan bonito que había pasado gracias a su barco!!.El capitán y los papas de Gabriela, se reían, al ver a la niña tan contenta.El capitán, prometió, ir a buscarla el próximo fin de semana, para llevarla de nuevo al Océano.¡¡ Saltaba de alegría !!

El día había sido genial, en el viaje de vuelta, en el coche, Gabriela, no dejaba de hablar con sus papas sobre todo lo que había visto, por supuesto ni una sola palabra de sirenas y hadas. De pronto, se dio cuenta que llevaba algo en el bolsillo del vestido.Al meter la mano, en el bolsillo, saco de el, un cristal con forma de gota de lluvia, y del color del mar de aquella cueva donde había estado. Sonrió, ya sabia de donde venia, y la volvió a guardar en su bolsillo, hasta poder guardarla en casa.

¡ Una aventura estupenda, la de nuestra nueva amiga Gabriela!.
Veremos que pasa en la próxima...
Gracias por tu visita, por tus palabras, y tu magia....
Un besito de hadas...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso! haber que pasa el próximo relato... Muy bueno el paseo de hoy
y las nuevas amistades de Gabriela.