jueves, 1 de octubre de 2020

y sin poder salir.... Magia.

Una nueva situación se había producido en estos meses en el pueblo, y es que una nueva enfermedad llegaba a las vidas de sus habitantes, una enfermedad de las que se sabia poco y que ademas era muy peligrosa, por lo que las autoridades habían decidido que todos sus ciudadanos debían quedarse en casa, sin salir.
Nuestros miembros del Equipo Mágico  estaban muy preocupados, vosotros sabéis que ellos siempre están pendientes de que todo transcurra con tranquilidad y que todos disfruten. No podían salir por lo que no podían ir al bosque para ver a sus amigos del mundo mágico. El tiempo comenzaba a ser fresco ya que estaban en otoño y aunque disfrutaban del color de los árboles a través del cristal, no podían ir a disfrutar de los atardeceres que tanto les gustaba observar y fotografiar...
Después de pasar el día, realizando diferentes actividades, los miembros del Equipo Mágico, se sentaron a leer juntos en la alfombra del salón, acompañados de Max, su gato negro y Carla su gatita blanca, sus mascotas, que siempre estaban a su lado cuando estaban en casa.
                                                             Imagen de internet


Leían libros sobre aventuras y leyendas sobre hadas y elfos, esos libros que les hacían recordar sus aventuras en el mundo mágico del Hada del Oeste. 
Muy entretenidos y absortos en sus libros no se dieron cuenta de que una de las ventanas del salón se había abierto y el viento entraba moviendo las cortinas, hasta que Gabriela, sintió como las hojas de su libro comenzaban a moverse. Fijo su vista en la ventana, sin que Aurora y Gabriel se diesen cuenta, se levantó y se acercó a la ventana para cerrarla. En ese momento un fuerte viento levantó a la niña del suelo y se la llevó sin que al resto del equipo les diese tiempo a reaccionar.
Y Gabriela volaba a través del bosque, envuelta en aquel viento ensordecedor que ni siquiera le permitía gritar, era tan fuerte que no podía ver adonde se dirigía. Y de repente, se calmó, y la niña comenzó a caer al vacío sin control, gritaba y gritaba mientras caía, sin saber dónde caería. Pero antes del golpe y llegar al suelo, alguien la sujetó evitando que se golpease contra el suelo. Era un elfo que ella no conocía, nunca lo había visto, ni tampoco el lugar donde estaba. Era un lugar sombrío con diferentes caminos que estaban iluminados por pequeñas velas y que daba la sensación de que eran largos y profundos. En el centro, había colocadas varias velas más grandes sobre un círculo y en el centro del círculo se había colocado el elfo.
- ¿Quién eres?, preguntó Gabriela, y
 ¿Porqué me has traído aquí?.
El elfo, sonreía mirándola, como si tuviera información de lo que iba a pasar. 
Sus brazos se abrieron y como si de una pantalla se tratase Gabriela comenzó a ver algo que nunca habría pensado que podría ver. Su gran amiga y reina del Reino del Oeste, aparecía amordazada y atada a su trono y a sus súbditos completamente congelados. 
-¡No, no! Gritó la niña desesperada. Entonces el elfo mostró su maléfica risa y comenzó a contar lo que había pasado y cómo ya era imposible salvar el Reino del Oeste y a su Hada y protectora, así como a sus súbditos.


" Durante la tarde de ayer, mientras el Equipo Mágico leía plácidamente en su salón, no se dio cuenta de que uno de los libros que leía, abría una puerta, una puerta secreta que concedía un poder, un poder a una de las Hadas más  temidas del mundo mágico, el Hada del Reino de las Nieves, un hada alejada por el Hada del Oeste del mundo mágico, por ser perversa y utilizar su magia para hacer el mal. Ella prometió vengarse y en el libro cuenta que una niña de alma limpia la ayudaría a llevar a cabo esa venganza una tarde de otoño.
A Gabriela le corrían las lágrimas sin cesar porque ella sabía que por su culpa todos sus amigos desaparecerían sin remedio, no sabía muy bien que hacer para poder remediar esta situación y poner en su sitio a la maléfica Hada de las Nieves. Y entonces, el elfo le dijo :
- ¿ Quieres ayudar a tus amigos y salvar su Reino?.
- ¡ Si, claro que si!, ¿ Qué debo hacer? dijo la niña desesperada.
- Bien, te lo contaré, pero... Sólo una vez te lo diré , no lo repetiré, así que escucha atentamente, recuerda que el Reino del Oeste y tus amigos está en peligro inminente y no hay vuelta atrás.
Gabriela, guardó silencio y miró fijamente al elfo. 
- Debes resolver dos enigmas, no tendrás ayuda y sólo tienes una oportunidad para resolverlo, no tendrás límite de tiempo pero recuerda que cuanto más tiempo pase más peligro corren tus amigos.
Primer enigma: Camino verde, puerta de oro, dos manuscritos uno dice Libertad el otro dice Posición, debes escoger uno, lo traerás aquí y me lo mostrarás si aciertas se abrirá el segundo. ¡ Adelante!.
Ante si Gabriela tenía tres caminos, debía decidir cual coger y recordar las palabras del elfo " Camino verde". Se acercó a ellos y comenzó a observar, todos parecían iguales, además la luz de las velas no ayudaban, observó todo lo que podía y después de un rato, vio en el suelo unas hierbas de color verde, en el camino de la izquierda, antes de cruzar, se fijó que en los otros dos caminos no había nada de color verde, después de comprobar que así era, decidió coger ese camino. Era largo y oscuro, al final una puerta, al entrar, se encontró una sala muy iluminada y en el centro un pedestal con dos pergaminos suspendidos en el aire, atados con un lazo rojo y azul, llegó el momento de escoger. O Libertad o Posición. Dudó por un momento cuál elegir pero su intuición le llevó a pensar en que el color azul del Hada de las Nieves, era el pergamino que debía coger, así que se adelantó y cogió el pergamino de Posición. Salió de la estancia y regresó junto al elfo, haciéndole entrega del pergamino. La miró y sonrió sin decirle nada. Gabriela también lo miraba esperando saber si había acertado o no y se abriría la siguiente puerta. El elfo desató el nudo que envolvía el pergamino y fue desenrollandolo mientras no le quitaba la vista de encima a la niña. Cuando terminó la puerta derecha comenzó a abrirse, lo que significaba su primer acierto.


-¡ Muy bien niña, tu primer acierto!. 
¡Veremos si consigues el segundo!. Dijo el elfo con una cara un poco menos risueña en esta ocasión.
Segundo enigma : Puerta azul, nieve en el cielo, camino de piedra, llama encendida. 
Llama azul poder de la Magia, llama roja poder de los tiempos. 
El elfo extendió su mano hacia el camino de la derecha, y Gabriela fue hacia la puerta. Se cerró tras de ella, mostrándole el camino largo y frío. Todo era azul, todo era frío y sobre su cabeza un cielo lleno de nieve. El camino era de piedra, debía caminar con cuidado, para no tropezar y caerse. Después de caminar durante un largo tiempo, llegó a un lugar donde todo estaba congelado, las flores, el agua, hasta el viento parecía no poder moverse, pero ella no sentía el frío, algo que le extrañaba, miraba sus manos y sentía calor, como si no le afectase en absoluto aquel frío aterrador. De pronto, una puerta de cristal se abrió del otro lado de la fuente, Gabriela camino hacia ella y después de mirar a su alrededor allí estaban, una llama azul, una llama roja y una llave de madera. Pensó por un momento y cogió la llave, la decisión era muy difícil, debía colocar la llave en uno de las cerraduras que había debajo de cada llama, el poder de la magia o el poder de los tiempos. Su mano estaba un poco temblorosa, estaba su mundo mágico en juego y era su decisión la que debía ser acertada para liberar el mundo mágico del Hada del Oeste. Cerró sus ojos y pensó en sus compañeros del Equipo Mágico, era como si reclamase su ayuda, y finalmente colocó la llave en la cerradura del Poder de los tiempos, la llama roja. La llama se apagó y pudo descubrir una piedra de color rojo que cogió y se la llevó al elfo que la esperaba sentado sobre un tronco con cara contrariada. 
-¡ Vaya, por fin has vuelto! - le dijo. 
-Aquí está mi decisión, te hago entrega de la piedra roja, le respondió Gabriela. 
Entonces el elfo, colocó la piedra en el centro del círculo, pero nada pasó. 
La miró y le dijo: Puedes volver... 
Una gran puerta se abrió tras Gabriela y una potente luz entró en toda la sala. Gabriela cruzó la puerta, y tras caminar cegada por aquella potente luz, aparecieron sus compañeros del Equipo Mágico, Gabriel y Aurora. Se abrazaron, y ella quería contarles todo lo que había vivido, pero Gabriel la detuvo y le contó que ellos a través de su libro habían podido ver su aventura. Tras hacerle entrega de su colgante mágico de colores, unieron sus tres poderes y llegaron a las tierras del Oeste que comenzaba a despertar de su frío letargo provocado por el hada maléfica. A su llegada al Castillo del Hada del Oeste, consiguieron liberar al Hada y pudieron unir todos sus poderes para encerrar al Hada de las Nieves por siempre jamás... ¡O eso creo!. 


¡Bufff!, menuda aventura para Gabriela, y para nuestro equipo, que no pudo ayudarla hasta el final. 
Un nuevo comienzo de aventuras después de un tiempo en el anonimato. 
Os mando un abrazo en nombre del Hada del Oeste y nuestro Equipo Mágico. Besos!!! 



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