A las nueve de la mañana, Gabriela y Aurora ya se habían puesto en marcha para ir al bosque, era una espectacular mañana que aunque en este lado del hemisferio era invierno, el cielo estaba teñido de un azul brillante, y el sol que se asomaba sobre las montañas aunque no calentaba como el sol del verano, les haría tener una sensación agradable de camino. Correteaban felices por el sendero de camino al bosque, saltaban y reían sin nada de lo que preocuparse. Charlaban animadas, contando su visita al mercadillo de artesanías el día anterior y que resulto muy productivo, porque además de haber comprado en el puesto de la Tía Marta un montón de cositas de bisutería que ella misma crea con sus manos, las niñas habían conseguido vender sus álbumes y tarjetas realizadas para la ocasión y es que Gabriela y Aurora, tienen muy buena mano para las manualidades. Correteaban por el sendero hasta adentrarse en el bosque. Gabriel las seguía y sonreía al escucharlas. Se pararon para escuchar a los pajarillos que no habían emigrado a otras latitudes mas templadas, no eran muchos pero se escuchaban retumbar a través de los arboles. Llegaron al puente de piedra que ayudaba a cruzar el rio, que ese día bajaba de la montaña lleno de agua debido a las intensas lluvias de los días anteriores.
- ¡Papa! - Dijo Gabriela.
- Dime - Contesto Gabriel.
- ¿ Crees que este año se adelantara un poco la Primavera?, pregunto Gabriela a su papa.
- No tengo idea Gabriela, pero lo vamos a averiguar. Gabriel les explico a las niñas que debían encontrar unas flores azules muy pequeñitas que crecían en el bosque y que si se veían con abundancia en diferentes lugares significaba que la Primavera estaba cerca.
Imagen de Internet. PinterestAsí que se pusieron manos a la obra ,buscando florecillas azules ,pero... no era fácil encontrarlas, iban y venían buscando entre arboles y setos pero no había ninguna. Habían encontrado setas, hongos que crecían pegados a los troncos de los arboles, musgo de diferentes tonalidades que crecía entre las piedras que todavía guardaban la humedad y se asomaban formando un diminuto bosque aparte. Después de un buen rato yendo y viniendo las niñas estaban un poco cansadas y decidieron parar un poco para comerse el bocata y la manzana que llevaban para media mañana. Mientras buscaban un lugar cómodo, Gabriela se quedo parada de repente, escucho un sonido suave a lo lejos y con la mano hizo que Gabriel y Aurora se quedasen en silencio y pendientes de lo que Gabriela les indicaba. Con el oído mas agudizado que de costumbre, los tres miembros del Equipo Mágico comenzaron a escuchar una musica suave que parecía ser de una flauta. La curiosidad de los tres hizo que cruzasen el puente de piedra hacia el otro lado del rio para saber de donde venia aquella bonita melodía. Su sonido los llevo a bajar mas cerca del rio, casi llegando a la orilla, en el camino al desfiladero de las rocas humeantes, así se llamaba, porque de la caída de las aguas de la montaña , se formaban nieblas que de lejos parecía humo saliendo de la tierra. Era un lugar bastante peligroso por la altura, pero cuando llegabas al final del desfiladero, las vistas eran maravillosas, llenas de montañas y bosques, el rio se perdía entre sus ramas aunque se dejaba ver su surco en algún lugar, y a lo lejos, los pequeños, bueno, minúsculos pueblecitos de la zona que parecían miniaturas propias de una maqueta. Casi habían llegado al final del desfiladero, y se detuvieron para poder saber que dirección tomar, pues la melodía se escuchaba cada vez mas cerca. Gabriela decía que había que ir hacia la derecha y Gabriel no lo tenia tan claro, Aurora entonces dijo:
- ¡ Creo que debemos hacerle caso a Gabriela, yo también creo que se escucha con mas fuerza entre esos arboles de la derecha!. Sin mas así lo hicieron, caminaron entre las piedras del bosque, ya que no había camino, y durante dos minutos mas. Cada vez estaban mas cerca, la melodía ya se podía escuchar perfectamente. Mientras iban pendientes de encontrar quien era el que tocaba aquella musica, ni siquiera se dieron cuenta que cuanto mas avanzaban iban pasando por pequeños surcos de flores azules muy pequeñas.¿ Os acordáis de lo que le había dicho Gabriel a las niñas sobre las florecillas azules que indicaban si la primavera estaba cerca?. Pues esas flores eran las que iban dejando atrás a medida que se iban acercando a la musica. De repente, la musica se detuvo, todo se quedo en silencio, y tras quedarse parados, se miraron los tres preguntándose que había pasado.
¿ Donde esta?, ¿ Porque de repente todo esta en silencio?- dijo Gabriela.
No se que pasa- dijo Gabriel, hace un momento se escuchaban también los pájaros y ahora ya no se oyen.
Mientras se miraban los tres, intentando averiguar que era lo que había pasado, en la rama de un árbol había un pequeño elfo azul , sentado mirando a los miembros del Equipo Mágico con sus pequeñas piernas que balanceaba tratando de aguantar las ganas de reír. Y en una de esos movimientos de piernas resbalo del árbol y cayo desplomado entre un manojo bien grande de florecillas azules. Gabriel, Gabriela y Aurora se asustaron y dieron un pequeño salto hacia atrás pero rápidamente fueron al lugar donde había caído el elfo y allí lo encontraron boca arriba y a su lado había una pequeñísima flauta, que era la culpable de aquella bonita melodía.
Mientras el elfo azul trataba de ponerse en pie todavía aturdido, Gabriela se agacho y le pregunto si se encontraba bien. El la miro y asintió con la cabeza en señal de que el golpe no le había roto ninguno de sus pequeños huesos. Se puso en pie, pero se volvió a sentar, todavía estaba un poco mareado. Entonces Gabriela extendió su mano y lo coloco en ella, tumbado y cómodo para que terminase de recuperarse. Gabriel ya se había agachado y recogido la minúscula flauta del elfo y la sostenía en la palma de su mano. Apenas se veía. ¿Cómo aquella pequeña flauta podía sonar como si tuviese un tamaño normal?.
Después de un rato, el elfo azul abrió los ojos, y viendo los grandes y bonitos ojos de Gabriela sonrió y dijo:
- ¿Tu... tu eres Gabriela verdad?. Gabriela asintió con la cabeza y dijo:
- Si soy yo. ¿ Y tu quien eres?.
- Soy Nicolas, el elfo de la primavera temprana.
-¿De la primavera temprana?- repitió Gabriela.
- Si, respondió Nicolas. Soy el encargado de hacer crecer las florecillas azules que inician la primavera mas pronto, y con mi flauta hago que sea posible hacerlas crecer mas rápido. Ellas necesitan la melodía del bosque para crecer y traer el sol y el buen tiempo al valle y al reino del Oeste. Sin ella, no seria posible adelantar la primavera en los valles, en el campo y en la ciudad.
-¿ Donde esta mi flauta?, ¿ No se ha roto verdad?- dijo Nicolas con un poco de angustia. Entonces Gabriel que tenia la flauta en la mano, le hizo entrega de ella al elfo, y este después de suspirar en señal de alivio, con una cara iluminada por la tranquilidad comenzó a tocar de nuevo la melodía, y con ella, el bosque comenzó a llenarse de florecillas azules. La musica les iba llevando por el sendero de vuelta a casa y en cada rincon había florecillas azules, así que Gabriel tenia razón, si se veían florecillas azules en aquellos días de invierno, es que la primavera estaba a la vuelta de la esquina y los días de campo y sol estaban próximos a disfrutarlos. Sin darse cuenta estaban en la entrada de casa, sonrientes y tarareando la melodía que les había enseñado el elfo Nicolas...¡ Que no sabían en que momento había desaparecido!. Al entrar y subir a su habitación Gabriela acompañada de Aurora miraron por la ventana, y el sol, el cielo azul y el campo lleno de un color azul intenso anunciaba que por fin, la primavera estaba muy muy cerca.
Una aventura del Equipo Mágico que sin duda hoy ha sido muy bonita, ¿Qué te ha parecido?.